lunes, diciembre 29, 2008


Asomarse a la obra poética es siempre una sorprendente aventura, pero llegado a los matices del poema y del poeta es una profunda comunión con las emociones que posibilitaron escribir los versos. En este poema el amigo y compañero Julio Obeso nos lleva a la fantasía onírica de su genial voz y nos recrea en un cuento-poema o poema-cuento que funde en el ritmo poético la sorprendente fantasía de un extraño sueño o simplemente de una singular genialidad.

Antonio Martínez i Ferrer.


"Que lluevan vacas; un cuento con ganas de ser poema"

cuando Raquel se levantó
convencida de que el amanecer
sólo sirve para medir los huesos
y se le enturbiaban los costados
con algún maldecir
ocurrió lo extraordinario:
llovieron ranas
todas verdes.....lustrosas.....húmedas
a sus pies charquitos crisopacio
y al amainar un coro cantor
la que arribó a sus senos
...................por supuesto
estaba encantada
y la Raquel de mirar la mañana
con otros ojos
liberada del dolor en los flancos
y fuelles esmeralda
pidió:
........"que lluevan vacas"
(pensaba en el hambre de los suyos
en interminables quesos
en botas de caña)
y vacas llovieron
muuuchas como muuurciélagos desmayados
destruyendo el paisaje
los muuuros que Raquel conocía
en el deseo no formuuuló -domésticas-
y muuurió corneada por la más salvaje
que le decía:
¿ves? estas son las verdaderas dimensiones
de tus huesos.

Julio Obeso González

2 comentarios:

Julio Obeso González dijo...

Gracias Antonio. La introducción es genial e inmerecida, tus ojos amigos la escriben. Desde luego conocerte, es una de las cosas buenas que me han pasado en esta vida.
Un abrazo fuerte.
Julio

Antonio Martínez i Ferrer dijo...

Querido Julio. Colgar tu poema me complacido. No será el último.

Un abrazo, Antonio.