sábado, diciembre 13, 2008




Detalle de la casa donde vivimos Antoñita y yo.





Del poemario HUELLAS
dedicado a mi amada Antoñita.






De olor a romero,
los círculos de tu cintura.

¿Que pensará el viento
cuando sonríes?



¿Arrancando el blanco
a la luna llena?

Qué atrevidas
las manos de tu sueño.



En las raíces de tu imagen, escribo
para poder respirar.

La pena es que nunca supe leer en
tu mirada.

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