lunes, marzo 07, 2011

Davant del paisatge de la vida: Xavier Franquesa


Piedra, corazón del mundo

(Antología personal 1995-2000)

Antonio Orihuela


EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR

Tengo 31 años y estoy cansado.

Todos los sitios me van pareciendo, finalmente,

igual de malos.

Todas las personas, incluso las que me quieren,

insoportables.

No encuentro sentido ni a lo que hago

ni a las cosas que dejo por hacer.

Miro a los demás

con la absoluta certeza de quien ve

no semejantes,

serenos, resignados, envilecidos extraterrestres.

Vuelvo sobre mí

y me siento como si no hubiera otros con los que compartir.

A donde quiera que miro,

la insoportable mentira que anida, germina, rezuma

este tiempo, este país, este modo de vivir

al que llaman

progresista, tolerante, solidario, democrático,

avanzado, europeo, y mejor y mejor

que todos los habidos,

que todos los posibles.

Este modo de vivir

donde falta todo lo nombrado.

Que ha deshecho la clase trabajadora sin una sola bala,

que ha encarcelado las conciencias sin una sola reja,

que me aparta sin una sola porra,

que me excluye sin un hierro candente,

sin siquiera una estrella amarilla en la solapa.

Este tiempo

de trajes nuevos,

de Emperadores.

Son las cinco de la tarde.

Me he levantado a la una,

el tiempo justo de fichar un mes más en el INEM,

y por hoy

ya estoy cansado de vivir.

Va a tener razón Anguita

y debería venir la República, Mateo Morral,

el hombre del saco,

los cuatro jinetes del Apocalipsis,

el Capitán Trueno

-que me decía Alberto Prieto

que también es de izquierdas y

hasta la ostia puta.

Deberían venir

y que los mitos y los héroes

-a falta de clase trabajadoravuelvan

a poner en desorden

este orden de clase media,

gaviota imperial,

una, grande, maastrich,

Luis del Olmo,

Carmen Sevilla,

Telenovela,

prensa del corazón,

fútbol, toros

y escriba usted un poema en horror a la guerra de Yugoslavia

que recuerden se hace por ustedes

y porque aquí las cosas sigan igual de bien,

porque si yo sonrío

España carcajea

y etc.

-Aquí hubo una revolución hace sesenta años.

(Me dice un vejete del asilo donde hago la sustitutoria

mientras mi hermano se alcoholiza en un cuartel de Melilla. )

-¿En serio? Cuesta trabajo creerlo.

No hay comentarios: