lunes, septiembre 26, 2011

En el ovalo claro: Wassily Kandinsky


José Garés Crespo

MATERIAL

DE DERRIBO


«Solamente sé que los caminos

de retorno están cerrados».

Celso Emilio Ferreiro


JOCS DE FOLIA PARA VIOLA DA GAMBA


Sin que nadie nos diese una explicación,

observamos que el horizonte ya no huía,

las dádivas de cada día quedaban prisioneras

en el recinto del amor, se dormían,

y entre las manos, como una naranja violeta,

sus muslos nos sorprendieron, deslizándonos,

cogidos del vértigo en ruinas,

del amor a la desesperanza.


Siempre creímos que habíamos ganado

la batalla de qué era la verdad,

pero la hambruna nos dice que perdimos

al decidir quien la administraba.


Fue como cuando, atentos a lo que nos dicen,

olvidamos lo que callan, o las palabras ausentes

que ordenan las instancias del universo y del barrio.


Algunos, los más valientes, conjuraron los poderes

para evitar las prohibiciones

y a despecho de la rabia,

fuimos nómadas en nuestra tierra,

fugitivos de nuestra casa.


Vaciaron el significado y nos dejaron

la rutina de la palabra que nos precede.


Limpiamos con miel y aceite las huellas,

pero quedan las alucinaciones y el llanto,

todo lo que llega desde donde los muertos

guardan la memoria y alimentan el futuro.


Aún así, hemos sobrevivido,

fue suficiente unir la sonrisa y el almendro,

la palma y el alacrán, la luz y la mirada

y tantas cosas que nacen al nombrarlas,

la suave mesura del código babélico,

la nota musical que nos convocó,

el conjuro de las sílabas del desierto,

el eterno abrazo de los vivos y los muertos,

la estación lila donde vive el poema y el recuerdo,

la redención del orden que nace del caos.


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