martes, septiembre 30, 2014

Arturo Borra



 Agim Meta

 Arturo Borra

Anotaciones en el margen
(2005)

Proliferación

¿Y por qué la proliferación/ este observatorio sin mirador/ esta mirada de lo invisible/ la invocación de místicas remotas/ el dulce arriesgar los huesos en la alfombra de las palabras?
¿Y por qué la imagen insistente de una perdición que se vaticina/ unos besos que alucino/ como un fogonazo que tiembla o un tallo que respira su humedad/ cuando se extingue el dominio/ la solemnidad de las antesalas/ los invitados de cartón/ la panoplia del día?
¿Qué hacen estas esperas tísicas/ el depósito de sueños/ la tienda sin mercancías/ la seda virgen sin cuerpo que honrar?
¿Qué hacen los vidrios que secretean sobre los colores venideros/ imaginando un hallazgo por el que están dispuestos a resquebrajar la melancolía -la turbación del presente?
Ay árboles/ ay señores/ ay cielo/ ¿qué hago con la bencina del encendedor que perdí? ¿Qué hago ahora que se enardece hasta mi almohada/ como si de la felpa salieran duendes despertando la promesa? ¿Qué hago con los niños que regresan suplicando una caricia/ a la orilla del vientre/ sin protegerse de la intemperie que me llueve?
¿Cuándo empieza el atolladero/ la mínima vertiente que se hace río? ¿Cuándo/ y cómo/ sigue esta ruta el corazón en una pieza nívea/ en el baúl donde dos arañas tejen sus mortuorios itinerarios?
Ay tierra/ ay luciérnagas/ ay infierno/ ¿dónde crece la vid que embriaga mis pasos? ¿Dónde escapa el sosiego que nunca tuve? ¿De dónde brota la amatista que brilla bajo los párpados que me imantan? ¿Por qué se van los pájaros tan lejos/ tan urgentes/ a su regazo en ascuas? ¿Y qué son estas abejas zumbando como huéspedes de la ternura/ estas alas de la noche/ esbozando su patria en flores ajenas? 
¿En qué ribera se me van los abismos/ la miríada de anhelos que fluyen oscuros/ incrédulos? ¿Por qué lo único que sobrevive a la inconsistencia del segundo es esta fuga por el estuario/ sin más estrategia que yacer inerme/ sentado en la silla del llanto?
¿Quién me confina a un climaterio tentado por el poniente de enero?
¿Quién estira la soga que me arrastra funámbulo/ siguiendo una bandada de palomas?
¿Quién es tan temerario para tomar la palabra indemne que sopla en el imperio del desconocimiento?
¿Quién se anima a contestar lo que el apremio de mi emoción interroga?



lunes, septiembre 29, 2014

GSÚS BONILLA



 Martin Wittfooth


GSÚS BONILLA

OVEJAS ESQUILADAS,
QUE TEMBLABAN DE FRÍO

Faisanes, que caminaban a pasos cortitos,
lamentando sus centelleantes plumas
de oro y plata,  perdidas ya para siempre


HABITAT

yo era vida
ese fue mi error

no sé ustedes, pero yo
era vida

nací animal

y fui mujer

y fui madre destrozada
al mirar a los ojos
de mis envenenados hijos por mi historia

yo era vida. quise ser  SER
pero era vida

y peldaños de cristales
mientras duraba la jauría.

sé ir de ida y vuelta

por el mismo camino

una y otra vez

balancearme de un lado a otro

ir de atrás hacia delante

moverme
frenéticamente
saltando   repetidamente

lamiendo las paredes,
mascando las rejas de esta puta jaula
que me exhibe

donde vuestros hijos
me señalan con el dedo
y me tiran palomitas de ignorancia
ante vuestra mirada atónita.

porque yo era vida



Martin Wittfooth

domingo, septiembre 28, 2014

…en la memoria antonio martinez i ferrer



Fusilamiento: Esteban Francés


…en la memoria
antonio martinez i ferrer

aquel lugar oscuro

aquel lugar oscuro
sin cinco amaneceres
aquel lugar oscuro
donde el tiempo grita
aquel lugar oscuro
que guarda la sangre
aquel lugar oscuro
con recuerdos de plomo
aquel lugar oscuro
con cinco huellas silentes

aquel lugar oscuro…



sábado, septiembre 27, 2014

María Angeles Maeso



Flavia Tótoro


María  Angeles Maeso

De “Vamos, vemos”, 2004,
2 edición en E. Lastura, 2014

Primavera nuevamente

La flor señala el crimen
con callado rubor. Blanca Varela


Hora a hora el suelo se está abriendo.
Lo saben la piel del alma y la de un zapato.
Lo saben en las afueras de Madrid y en Barcelona
y aquí, cada labrador lo sabe.

Vamos, vemos que obstinadas hierbas
y nervios diminutos,
entre un corazón de roca, abren su senda.

Hora a hora, un insignificante tallo
se atreve cada marzo
a mirar de abajo arriba,

atraviesa el granito o el asfalto,
sortea la metralla, el peso del tractor
y el de las terribles miradas...

Simplemente asoma,
y en el aire deja  su denuncia y su convocatoria.

Vamos, vemos que sucede a cada hora.

Sólo es el imperio quien desprecia cuanto ignora.